Procuras un ejercicio para subyugar una incapacidad
de tu oblicuo existir nocturno.
Tu mano silenciosa propone liberar
algún trastocado alfabeto astigmático
Ceder ante una de sus vagas y trémulas consideraciones
Esas que ofrecen las mil una danzas fantasmales
a tus ojos citadinos que cansados,
disipan anteriores dudas trasnochadas
y deciden regalarte un sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario